Cuando sufrimos estrés, hay órganos y músculos de nuestro cuerpo que lo sufren. Por eso necesitamos tomarnos la vida con más calma, para no sentir estrés ni dolor en ninguna parte de nuestro cuerpo.
Uno de los lugares donde se nota que empezamos a estresarnos son los ojos, ya que puede causar inflamación, visión borrosa o temblores en los ojos.
El estrés provoca contracturas y dolor de espalda, que son síntomas del dolor de espalda
En condiciones normales, los músculos abdominales y paravertebrales se coordinan para mantener la postura o mantener el equilibrio durante el ejercicio. El estrés puede afectar la coordinación de estos reflejos. Y hace que los músculos se contraigan de forma inadecuada, provocando tensión y dolor.
Además, a menudo sucede que las estructuras nerviosas se activan bajo el efecto del estrés y que el umbral del dolor disminuye. Esto hace que en muchas ocasiones la intensidad del dolor de espalda se perciba mayor de lo que realmente es.
Cómo aliviar la tensión muscular de la espalda
En caso de tensión muscular de la espalda, es recomendable tomar primero una ducha caliente para intentar relajar y luego también estirar la zona afectada. Realice lentamente ejercicios de estiramiento de hombros y espalda, tratando de estirar el cuello, los hombros, los brazos y la espalda sin movimientos bruscos.
En caso de dolor recurrente, lo mejor es acudir a un fisioterapeuta.
¿Cómo afecta el estrés a las mujeres?
Normalmente, la conciliación de responsabilidades entre la vida familiar y la vida profesional tiende a afectar más y por eso el estrés en las mujeres es una realidad con este factor como origen en la mayoría de los casos. Además, los cambios hormonales que ocurren en el cuerpo de una mujer son diferentes a los de un hombre, por lo que les afecta de manera diferente.
¿Cuáles son las situaciones más estresantes para las mujeres? Pues hay cuatro que son las más normales, entre ellas las separaciones y divorcios, las presiones laborales y las obligaciones familiares, la menopausia o el cuidado de familiares delicados, entre otras.
Trastornos musculoesqueléticos
Los músculos se tensan cuando estamos estresados. Si esta sensación se prolonga en el tiempo, el tejido muscular permanece tenso, lo que puede derivar en un dolor inespecífico y otros síntomas, como los siguientes:
- Cefalea: aunque parezca extraño, la mayoría de las cefaleas son de origen muscular. tensión en el cuello, cuero cabelludo y otras áreas asociadas. Este tipo de cuadro clínico se conoce como cefalea tensional y afecta a más del 70% de las personas en determinados grupos de población.
- Dolor de espalda: el estrés aumenta mucho el riesgo de dolor de espalda. No solo eso, sino que la percepción del malestar puede ser peor si quien lo sufre se centra en él y se preocupa más.
- Fibromialgia: este trastorno consiste en una anomalía en la percepción del dolor que provoca un malestar generalizado, principalmente en los tejidos blandos del cuerpo. Está relacionado con diversos trastornos psiquiátricos con un fuerte componente de estrés.
- Contracturas: Las contracturas son contracciones musculares que se producen de forma involuntaria. Si el músculo afectado se pone rígido o se inflama, el paciente puede sentir dolor. La tensión muscular por estrés favorece este tipo de lesiones.