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Nuestro cuerpo es capaz de estimular el apetito de diferentes maneras. Suele pasar que no tenemos hambre y hemos salido de la nada, por ejemplo ver un alimento de color nos da ganas de comerlo.
Es importante conocer los tipos de hambre que existen y por tanto reconocer la que sentimos. Para entender si realmente es un hambre real o si está asociada a otro sentido oa otro pensamiento.
¿Cómo se produce el daño?
¿Cómo daña el covid-19 el sistema olfativo? Inicialmente, los científicos pensaron que infectaba las neuronas de la nariz responsables de transmitir los olores del ambiente al cerebro. Estas neuronas se encuentran en los bulbos olfativos en la parte superior de cada fosa nasal y envían axones, o cables, a puntos sensoriales únicos en el cerebro.
Estadounidenses caminan por las calles con máscaras para evitar la propagación del covid-19, en una foto de archivo
Olor y ventas
Según un estudio de la Universidad Rockefeller de Nueva York, recordamos el 35% de lo que olemos, el 15% de lo que saboreamos, el 5% de lo que vemos y sólo el 1% de lo que toque. La conclusión de este estudio aplicado a las técnicas de venta es que los olores pueden incrementar las ventas de un producto o servicio hasta en un 40%. Por ejemplo, el olor a café, a pan recién hecho, a palomitas de maíz… nos abre el apetito y nos empuja a comprar. ¿O crees que es casualidad que percibas algunos de estos olores cuando entras a un centro comercial?
Vainilla
La esencia de vainilla libera aromas que estimulan el deseo y es una de las más utilizadas en productos eróticos. Durante años ha sido catalogado como un afrodisíaco natural, ya que aumenta la tranquilidad y favorece encuentros íntimos más románticos. Además, tiene un efecto positivo en el estado de ánimo.
El aroma que desprende la «reina de las flores» tiene efectos afrodisíacos beneficiosos para la vida sexual. Además de ser un símbolo de amor por excelencia, tiene un olor dulce ligado a la seducción y el romance. De hecho, una publicación sobre Enfermedades y tratamientos neuropsiquiátricos señala que el aceite de rosa ayudó a reducir los síntomas de depresión y aumentó el deseo sexual en pacientes deprimidos.
